| Nuevos Horizontes Nº 1 | ||||||||||||||||||
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| “Tejer redes es animar un ejercicio colectivo de la libertad, y puede ser una buena forma de mejorar el mundo, con sencillez, como la levadura en la masa…” 1 | ||||||||||||||||||
Queridos amigos: La vida del ISCA, parecida a la vida de las personas, como hemos dicho en más de una oportunidad tiene etapas con sus notas peculiares y con finalidades diversas, que contribuyen al dinamismo de la vida. La primera etapa del ISCA virtual se llamó “hacer cercano lo distante”. Quisimos llegar allí, donde estaban los catequistas alejados de los centros de formación por razones geográficas, de horarios o económicas. La segunda etapa tiene un nombre muy significativo porque señala un aspecto muy genuino de nuestra identidad, “Pensar la Catequesis”. Con el III SENAC comenzamos la tercera etapa de esta vida que crece y va dando frutos. Su nombre es “Tejiendo redes”. Sin dejar de ser nosotros mismos, queremos dialogar, compartir, aunar esfuerzos. En una palabra, abiertos y disponibles, queremos entrelazar redes de búsquedas diversas que se hacen en nombre del bien, la belleza y la verdad. Es tiempo de comienzo y, a la vez, de continuidad. Algo comienza y lo hace con el sello de nuestra identidad, que fuimos acuñando a lo largo de cincuenta años. En esta nueva etapa del ISCA le hacemos espacio, una vez más, al Seminario Nacional de Catequesis. A los que ya son tejedores de esta red les digo que éste es tiempo de seguir pensando con otros y de descubrir la maravilla de las diferencias conjugadas y entrelazadas. A quienes se suman, les digo “Bienvenidos”. Éste es tiempo de encuentro. La red requiere del encuentro y también de un volver sobre uno mismo y sobre las ideas de los demás en un discernimiento perseverante y profundo. A todos los saludo, como siempre, con afecto cordial en Jesús.
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| Un espacio
para dar fruto La palabra seminario proviene del latín “seminarium”, que quiere decir “semillero”. En este sentido “seminario” es semillero de ideas, de realizaciones y de estudios en común. En el seminario se siembran ideas. Se trata de una siembra en la que todos son sembradores y todos recogen frutos. No es una simple “cátedra” en la que el expositor siembra y los destinatarios sólo pueden recoger lo sembrado por aquél; sin dar lugar a la creatividad, a la curiosidad, a las intuiciones, a las experiencias y a los saberes diversos que hemos ido guardando y atesorando en nuestra vida de catequistas. El SENAC se nos presenta como un espacio de reflexión y de diálogo. Podemos visualizarlo como una red, grande y común, que se hace más rica, atrayente y generosa, a medida que vamos tejiendo y compartiendo, lo que cada uno es. Nos produce una gran alegría ser tejedores de esta red junto con ustedes. Algunos son ya viejos compañeros de camino: han participado en otros seminarios organizados por el ISCA; han sido parte de las Jornadas y de los Encuentros de Catequesis y Nuevas Tecnologías (CNT) o han caminado en comunidad con compañeros y profesores del ISCA, a través de algunos de nuestros cursos virtuales o semipresenciales. Otros son simplemente visitantes del sitio, accediendo así a la prepuesta formativa no sistemática, que se ofrece a través de cada servicio. Algunos nos leen, tal vez, hoy por primera vez. A todos les damos la bienvenida y los animamos a hacer juntos el III Seminario Nacional de Catequesis, a poner lo mejor de nosotros mismos para descubrir cómo es “la catequesis que viene” y a pensar en la formación de nuevos catequistas para una nueva catequesis en este dinámico contexto eclesial de Nueva Evangelización. |
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Una red que crece
La red del SENAC nunca queda vacía y se va haciendo más fuerte con el aporte de cada uno. En la construcción de nuestro pensamiento ninguno busca ser protagonista, sino simplemente aportar a la red que estamos tejiendo. Todos podemos poner lo mejor de nosotros mismos y, al mismo tiempo, todos podemos servirnos de lo que otros miembros nos dan. Esta apreciación combina, por un lado, una sana valoración de las personas y del espacio, como ocasión para enseñar aprendiendo y para aprender enseñando y, por otro lado, la justa exigencia de dar lo mejor de cada uno. “La reflexión conjunta ayuda a establecer vínculos más duraderos y permite ofrecer servicios más amplios a los destinatarios. Vista en esta clave, la pluralidad de formas, estilos o sensibilidades no sólo no constituye ningún obstáculo, sino se manifiesta como una gran riqueza para el conjunto…”2
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En el SENAC el trabajo colaborativo no es simplemente un modo de trabajar, sino que alcanza el carácter de principio motivador. Por eso, la experiencia de trabajo colaborativo quiere ser, en el Seminario Nacional de Catequesis, expresión y realización de un pensamiento gestado con el insustituible aporte de cada uno. 
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