En esta comisión se presentarán todas las comunicaciones que estén relacionadas con la catequesis y el primer anuncio o segundo anuncio, en perspectiva con EG 27 soñar "con una opción misionera capaz de transformarlo todo". A modo de orientación podemos recordar que en el marco del Congreso Internacional de Catequesis (26-29 de septiembre de 2013), el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, señaló que hay que evitar el peligro "de que la Iglesia emprenda un camino de nueva evangelización", dejando "que la catequesis se quede con las mismas características del pasado."
Este tema está pensado desde la Iglesia del segundo anuncio, una Iglesia que se piensa a sí misma, y logra "comprender que la infecundidad de la evangelización hoy y la infecundidad de la catequesis en los tiempos modernos, constituyen problemas eclesiológicos" (XIII Asamblea General Ordinaria "La nueva evangelización para la transmisión de la fe", Introducción, El deber de Evangelizar 2, 2011 en: Hno. Enzo Biemmi, video conferencia en el Primer Seminario Nacional de Catequesis organizado por el ISCA 2011. Consulta en línea: http://www.isca.org.ar/...
Como orientación para los trabajos se recuerda el discurso a los cardenales en el pre-cónclave del 9 de marzo de 2013, el Cardenal Bergoglio afirmaba: "Evangelizar supone en la Iglesia la parresía de salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria". Más adelante en 2013, ya siendo Papa Francisco, en su discurso durante su visita pastoral a Asís del 4 de octubre, comentaba: "Es un elemento que viví mucho cuando estaba en Buenos Aires: la importancia de salir para ir al encuentro del otro, a las periferias, que son sitios, pero son sobre todo personas en situaciones de vida especial. (…) Una periferia que me hacía mucho mal era encontrar en las familias de clase media, niños que no sabían hacer la señal de la cruz. ¡Esta es una periferia! (…) Estas son verdaderas periferias existenciales, donde no está Dios".
De manera orientativa los trabajos pueden referir a la crisis del lenguaje y mensaje catequéticos de la cultura actual. La grave dificultad que presenta la catequesis tradicional al no ser significativa ni comunicativa para los hombres y mujeres de hoy. Siempre se corre en catequesis el peligro de dirigirse a auditorios que ya no existen y se responde a preguntas que ya nadie se hace o problemas que ya no se viven. Como reconociera Donaciano Martinez en la mesa redonda, publicada en la revista Catequética el 6 de diciembre del 2013, en el marco de la Asamblea Nacional Española de Catequetas (AECA), respondiendo al nuevo paradigma de la catequesis de no poseer una nueva gramática, él piensa en una nueva dimensión que no es la tradicional del arte de saber hablar sino la de "saber poner nombre" al descubrimiento hecho en la experiencia humana desde Jesús.
Los ecos del III Congreso Catequístico Nacional realizado en Morón 2012, resonaron con "la certeza de la necesidad de concebir y madurar la iniciación cristiana como un Gran Sacramento" y bajo esta convicción velar por la unidad y el orden de los sacramentos. Cada sacramento es distinto entre sí, pero todos ellos conforman una gran acción salvífica y están todos íntimamente relacionados. El conjunto de acciones que celebra la Iglesia no es acumulación de ritos aislados sino una sinfonía, pluralidad de acciones que forman un símbolo conjunto. Esto no está desligado del ICP ( Itinerario Catequístico Permanente), la Iniciación cristiana debe estar articulada con el seguimiento del discípulo misionero y su maduración comunitaria. En el ICP se desarrolla la historia de salvación de cada discípulo, de allí la importancia de abrevar en la Palabra de Dios para favorecer el encuentro y madurar la respuesta de fe. (CEA, Ecos del III Congreso 06-07, Oficina del Libro, 2014. 21-26). Importancia de comprender que los sacramentos en la IC no son la meta en cuanto tales, sino en la medida que se comprende que estos son el paso para incorporarse cada vez más plenamente al Misterio de Cristo Resucitado (Cf. CEA, Ecos… 45)
Francisco en su homilía en Santa Marta del 23.10.2015 explicaba que "para entender los signos de los tiempos, antes que nada es necesario el silencio: hacer silencio y observar. Y después reflexionar dentro de nosotros. Un ejemplo: ¿Por qué ha ocurrido algo? Y orar... silencio, reflexión y oración. Solamente así podremos entender los signos de los tiempos, qué quiere decir Jesús". .."Los tiempos cambian y nosotros los cristianos debemos cambiar continuamente. Debemos cambiar firmes en la fe en Jesucristo, firmes en la verdad del Evangelio, pero nuestra actitud debe moverse continuamente según los signos de los tiempos"… "¿Cómo se puede hacer esto que la Iglesia llama conocer los signos de los tiempos? Los tiempos cambian. Es característico de la sabiduría cristiana conocer estos cambios, conocer los diversos tiempos y conocer los signos de los tiempos". "Este es un trabajo que normalmente no hacemos: nos conformamos, nos tranquilizamos con 'me han dicho, he escuchado, la gente dice, he leído…'. Así nos quedamos tranquilos… Pero, ¿cuál es la verdad? ¿Cuál es el mensaje que el Señor quiere darme con ese signo de los tiempos?". "La catequesis proporciona a la teología un lugar privilegiado de escucha y de reflexión, que es el encuentro entre el hombre y Dios, lugar de acogida y de decisión para la conversión, lugar de encuentro entre la gracia y la libertad". Este es un verdadero lugar teológico, una vía auténtica de acercamiento y discernimiento de la realidad, por ello la catequesis contribuye a la expresión y reinterpretación de la fe. Es así como la teología al estar en contacto con la catequesis puede reelaborar y reformular el mensaje evangélico en un pensamiento más original y ciertamente más fecundo. (LUIS ALVES DE LIMA, Teología y catequesis. Un diálogo imprescindible en la perspectiva latinoamericana).
Hay una fuerte articulación entre Iniciación Cristiana y el Itinerario Catequístico Permanente, ante el enamoramiento en el encuentro personal con Jesucristo, los discípulos sienten la necesidad de seguirlo: la comunidad cristiana ha de procurar su acompañamiento en un camino de maduración en la fe. Por ello se cree importante custodiar la dimensión familiar y cultivar la dimensión comunitaria de la catequesis. En la vida familiar se comparte cotidianamente el don de la fe y en la vida comunitaria se profundiza y enriquece lo asimilado en la familia. (Cf. CEA, Ecos del III Congreso Catequístico Nacional, Morón, 2012, 36-38) Es de importancia vital que este esfuerzo de articulación, que reclama estructuras de comunión y participación en la comunidad cristiana (origen, lugar y meta de la IC y ICP), que en ella se de una participación interactiva, que facilite el trabajo en red, que ponga de manifiesto la valoración y la caridad responsable, que se toda su acción articulada e inclusiva. (Cf. CEA, Ecos…42-45) Se cree conveniente desarrollar una nueva catequesis familiar al servicio de la nueva evangelización, ya que evangelizar a la familia es el gran desafío de hoy, esta catequesis contribuye a afianzar los pasos en el seguimiento de Jesucristo.(Cf. CEA, Ecos...58-61)
La escuela católica es oportunidad y desafío para la IC y la ICP. En ella es deber de todo educador y no sólo de los catequistas dar testimonio de su fe, para que los alumnos puedan hacer sus respectivas síntesis fe-ciencias, fe-cultura y fe-vida. Ver CEA, Ecos… 19 Tenemos la certeza de que la escuela católica es oportunidad y desafío para la IC y ICP, 62-65.
"Que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos sean también uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Jn 17, 21). Frente a un mundo con nuevas formas vivas de pluralismo cultural y religioso, se hace indispensable una catequesis evangelizadora, con un lenguaje adaptado a los tiempos y a las personas. Una catequesis que sea capaz de percibir sus dimensiones interiores y sus valores innegables, que la ayude a superar cualquier tipo de fanatismo, superstición, sincretismo o ignorancia religiosa. La catequesis está llamada siempre a asumir una dimensión ecuménica, respetando la jerarquía de verdades y poniendo de manifiesto la unidad de fe que existe entre los cristianos. Se ha de preparar niños, jóvenes y adultos para convivir con hermanos y hermanas de otras confesiones, superando prejuicios y desconocimientos (Cf. DGC, 193-198). La catequesis ha de capacitar a los fieles a discernir los elementos de otras religiones que entran en confrontación con el mensaje cristiano, pero también ha de enseñar a discernir las semina verbi que hay en otras religiones (Cf. DGC, 199-200). "No se trata sólo de recibir información sobre los demás para conocerlos mejor, sino de recoger lo que el Espíritu ha sembrado en ellos como un don también para nosotros" (EG 246). La educación para el diálogo interreligioso es una condición necesaria para la paz en el mundo, y por lo tanto es un deber para los cristianos, así como para otras comunidades religiosas… aprender a aceptar a los otros en su modo diferente de ser, de pensar y de expresarse. De esta forma, podremos asumir juntos el deber de servir a la justicia y la paz, que deberá convertirse en un criterio básico de todo intercambio. (Cf EG 250)
Benedicto XVI en su discurso inaugural de la V Conferencia Latinoamericana, expresaba que la catequesis es un medio para introducir al pueblo de Dios en el Misterio de Cristo. En ella se transmite de forma sencilla y substancial el mensaje cristiano. Propone intensificar la catequesis y la formación en la fe madura que es luz para el camino de la vida. Recordando siempre que la evangelización va unida a la promoción humana y a la auténtica liberación cristiana (Cf. DI 3), de allí la V Conferencia habla de la necesidad de una catequesis social incisiva (DA 505) y citando las palabras de Benedicto explica la razón: porque "la vida cristiana no se expresa solamente en las virtudes personales, sino también en las virtudes sociales y políticas". (DI 3). DA 514 dice que "la fe nos enseña que Dios vive en la ciudad, en medio de sus alegrías, anhelos y esperanzas, como también en sus dolores y sufrimientos." En la ciudad se hablan muchos lenguajes simultáneos y se requiere de todos los agentes un trabajo interdisciplinario para la comunicación y el discernimiento. (Cf. Encuentro sobre cultura urbana y conversión pastoral : a la luz de Aparecida, en el horizonte de la Misión Continental, [en línea], Teología, 102 (2010) http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/revistas/encuentro-sobre-cultura-urbana-y-conversion-pastoral.pdf) Que Dios habite la ciudad implica discernir al Padre en su providencia salvífica, al Hijo Jesucristo en los signos del Reino de Dios, al Espíritu Santo en los "indicios" o "gérmenes" de Vida plena que suscita. En el arduo trabajo de descubrir, reconocer y cultivar la presencia divina es necesario atender a las expresiones de religiosidad popular y revisar los estilos de lenguaje (primer, segundo anuncio y catequesis) si se adaptan y responden a los desafíos de esta realidad (Cf. Encuentro sobre cultura urbana…).
La toma de conciencia de la gravedad de nuestros actos en contra del mundo soñado por Dios en el acto Creador, necesita traducirse en nuevos hábitos y en la de búsqueda del equilibrio ecológico: el interno con uno mismo, el solidario con los demás, el natural con los seres vivos, el espiritual con Dios. Los ámbitos educativos son diversos, la familia, la escuela, los medios de comunicación, la catequesis… Pero la educación será ineficaz si no se procura acompañar desde un nuevo paradigma acerca del ser humano, la sociedad y la relación con la naturaleza. Se espera así una verdadera conversión ecológica.(Cf. LS 209-221) "Los Sacramentos son un modo privilegiado de cómo la naturaleza es asumida por Dios y se convierte en mediación de la vida sobrenatural. A través del culto somos invitados a abrazar el mundo en un nivel distinto. El agua, el aceite, el fuego y los colores son asumidos con toda su fuerza simbólica y se incorporan en la alabanza. La mano que bendice es instrumento del amor de Dios y reflejo de la cercanía de Jesucristo que vino a acompañarnos en el camino de la vida. El agua que se derrama sobre el cuerpo del niño que se bautiza es signo de vida nueva. No escapamos del mundo ni negamos la naturaleza cuando queremos encontrarnos con Dios." (LS 235)
Francisco basa todos sus discursos a los catequistas en que el testimonio de sus vidas es el elemento privilegiado de la credibilidad de su misión. La santidad a la que está llamado el catequista es una santidad comunitaria y social, que tiene su centro en la Eucaristía, esto no lo distingue de otro buen cristiano. Lo que lo va a distinguir de otro cristiano es su identidad personal como ser único e irrepetible, y será fiel a su propia identidad siendo fiel a Dios sintiéndose amado por Él. Pero el catequista también está marcado por su cultura, es un ser arraigado en una cultura y esto lo distinguirá de otros catequistas nacidos en otras regiones del país o del continente. La identidad catequística se sugiere confrontar y ver más en: http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/... La relación que lleva a unir la "nueva evangelización" y la "catequesis" "conlleva necesariamente la exigencia de una renovada interpretación del proceso catequético, como instrumento al servicio de la comunidad cristiana, para encontrar a los creyentes y a cuantos están buscando el sentido de la vida". (Mons Fisichella en el Congreso Internacional de catequesis, 2013). Esto nos dirige a una catequesis en clave misionera. (Ibid)
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